domingo, 23 de diciembre de 2007
FAQ VALKIRIAS
Fuente: amazonatrix.spaces.live.com LAS VALKIRIAS Y SUS DESCENDIENTES MODERNAS Las Valkirias eran seres de la mitología nórdica asimilables a doncellas guerreras que emisarias de Odín / Wotan recorrían el campo de batalla para llevar al Valhalla a aquellos mortales valientes y dignos que con su muerte mereciesen tal honor. A los muertos que no hubiesen tenido un comportamiento fiero y gallardo les esperaba una diosa menos deseable a las puertas del infierno. Si antes de una batalla veías una Valkiria significaba que ibas a morir. Existía también la oscura creencia de que alguno de estos seres que tenían nombre propio ( como Brunhilde, que significa cota de malla de batalla ) o sus hermanas podían residir en el cuerpo de alguna mortal a la que fácilmente se la identificaba por sus inclinaciones guerreras y sentido del honor. Según la tradición se mantenían vírgenes hasta que un guerrero mejor que ellas las derrotaba y se ganaba el derecho a poseerlas. Hoy en día en la cultura occidental donde poco a poco la mujer va destacando en todo y se le permite, en principio, una libertad equiparable al hombre, podemos ver en algunos casos aislados reflejos de aquellas figuras que enfervorecían el ánimo de los hombres del norte. Evidentemente no van por el mundo vestidas como guerreros medievales con la música de fondo de Wagner ni todas tienen el aspecto de musas de Fellini o la contundencia de las poderosas hembras de Russ Meyer . Físicamente pueden ser cualquiera aunque no deslumbren con sus pechos, es una cuestión de carácter y su eco se recoge en alguna moderna mitología como lo hace J.R.R. Tolkien con Eowyn en el Señor de los Anillos al igual que otros escritores del género también lo hacen con más o menos fortuna. Estas mujeres son tan mujeres como cualquier otra pero debido a que suelen tener un comportamiento un tanto masculino se las suele tildar de marimachos o chicajos y en estos tiempos que corren también de lesbianas. Y no resultan especialmente atractivas porque raramente recurren al coqueteo y a veces comentar que les gustaría ser paracaidistas o legionarios no es el mejor reclamo para el macho ardiente al que semejante idea le cae como un jarro de agua helada al imaginarse un futuro, que por lo general no pasa de un revolcón, con una elementa con mostacho y tricornio. Esta estrechez de miras puede hacer que perdamos la oportunidad de conocer a personas excepcionales que una vez ganado su respeto y admiración suelen responder con fidelidad y apoyo incondicional. Suelen llevar la voz cantante, no disimulan ni van de forma oblicua sino que dicen las cosas directamente como las piensan y van al grano, luchan sin subterfugios por lo que quieren y pelean como cualquier hombre lo haría en cualquier campo de batalla. Suelen tener nobles comportamientos y sentimientos y también siguen con fiel obediencia a la autoridad que admiran, generalmente un padre o madre al que consideran infalible por mucho que en ocasiones se enfrenten al referente que siempre será quién haya configurado su personalidad con las normas que respetan. ¿Observamos ya alguna diferencia con respecto al común de los mortales?. Sin duda puesto que las anteriores cualidades y defectos difíciles son de encontrar, ya busquemos entre hombres o mujeres. No está de moda la fidelidad, nobleza o coherencia con los principios morales. Lo habitual suele ser todo lo contrario si con ello conseguimos algún pequeño beneficio o nos evitamos algún que otro mal. Y como todo en la vida hay un lado en la sombra y es que, olvidado ya el cuidado de la virginidad lo que queda es que el hombre al que se entregan ha de ser un hombre con mayúsculas. No hablamos de tamaños si no de comportamientos y triunfos. Pues si cierto es que una mujer que ve a su pareja como un osito de peluche y no como un tigre antes o después encontrará atractivo al susodicho félido, en el caso de nuestra valkiria la cosa va más allá y puede suceder que pierda el respeto hacia su pareja si siempre demuestra el hombre ser más débil que ella. O lo que es lo mismo que si se cede en todo para evitar el conflicto con mujeres que recordemos son de armas tomar y pueden resultar intimidatorias, el resultado final es que no seremos dignos de entrar en su valhalla particular, es decir se pierde incluso el atractivo sexual. Recordemos que la sexualidad depende casi en un 100% de la mente más que de hormonas (que sin duda tienen un gran peso específico) y sangre bombeada. Esto es especialmente cierto en el caso de las mujeres que tienen un mundo de sensaciones y fantasías sexuales más diverso y extenso que el masculino, por lo general, más visual y centrado físicamente. Así que si la mente no funciona el cuerpo le sigue. A veces hay que “derrotarlas” y actuar como todo un guerrero digno de su atención con un comportamiento viril con ellas y no solo con el mundo que nos rodea. De no hacerse así corremos el riesgo de convertirnos a sus ojos en peleles a los que atizar cuando se aburren o se enfadan y éso sólo puede tener un mal final. Desde el inicio de la relación hay que mantener esta línea de hacerse respetar, como deberíamos hacer con cualquiera, pues dejada a su inercia se crea la costumbre de que nuestra particular valkiria se acostumbre a ganar siempre y si esa costumbre se instala no sólo tendremos los problemas ya mencionados sino que además utilizará cualquier método para vencer olvidando la mesura y conveniencia, si es que alguna vez las tuvo, para ser más fuerte y ganar. Llegados a este punto, como en el póker las apuestas pueden subir si no cedes y el ver sus cartas puede resultar ser muy caro. Lo mejor: derrotarlas de vez en cuando aunque no haya ganas, demostrarles que estas a su nivel o más arriba. La amargura de ser vencidas se les pasa rápidamente con una buena dosis de sexo. En el fondo están encantadas. Cuidado con esta actitud ya que la derrota no las convierte en esclavas ni el ahínco en conseguir la supremacía se tiene que convertir en algo patológico. Mesura y cuidado, chulería y fuerza según la situación pues son fierecillas difíciles que otorgan preciosos dones poco habituales. Y en nuestra mente grabar a fuego, que como siempre, cada persona es un mundo y la vida y sus avatares no afectan a todos por igual, por lo que es ridículo y arriesgado inferir leyes para las excepciones que forman parte de la regla. Para saber más: http://www.cayomecenas.com/mecenas1856.htm Etiquetas: valkirias sexo esclavo dioses diosas mitología wagner |