sábado, 4 de octubre de 2008
AMAR EN TIEMPOS DE GUERRA. SEGUNDA PARTE.
¿Se lo imaginan?. En todas las guerras se han dado casos de soldados que pertenecían a estos grupos que han vuelto de donde les han echado derrotados y desechos a recuperar el cuerpo de sus hermanos para llevarlos a casa o morir en el intento, como en efecto ha sucedido muchas veces. Son personas que no se plantean la conveniencia de dar su vida por sus hermanos, simplemente lo hacen cuando llega el momento, sin dudas y sin temor porque saben dos cosas de seguro: que todos vamos a morir y que sus hermanos harían exactamente lo mismo por ellos. ¿Y todo ésto a qué se parece?. ¿A una familia?. Sí, a una familia muy especial y bien avenida en la que no existe egoísmo ni culpabilidad y dominio, sólo amor y fidelidad. Y así como bien entendido, llegado el momento de necesidad, uno se sacrifica sin pensarlo por hijos e hijas, hermanos y hermanas, padres y madres......es lo mismo pues en realidad lo que nos une no son los genes y la sangre, sino los espíritus y las almas. Siempre ha habido guerra, muy posiblemente siempre la habrá. Sabiendo que cada día, cada momento puede ser el último sale solo el sentimiento de que al encontrar el amor verdadero uno vive cada instante de ese amor, cada precioso e irrepetible segundo que se pasa con esa persona o personas con tal pasión e intensidad que se produce un fenómeno muy curioso: El peor de los Infiernos se convierte en el mejor de los Paraisos y se crea un refugio en el que la Felicidad dura una vida y sobrevive incluso más allá de la muerte. Cuando se ha conocido ésto y se pierde porque la muerte consigue su señorío puede suceder que el mejor de los Paraisos sea el peor de los Infiernos simplemente porque estás separado y no puedes abrazar a quienes han sido más importantes que la vida y que la muerte, con quienes has estado más unido que a tí mismo.... Siempre hay despedidas pero no tienen por qué ser para siempre. Porque.....si la muerte no es el final de todas las cosas, sino una puerta en un muro o incluso un don como sólo puede ser el río del olvido. ¿Quiénes creen ustedes que tendrán la posibilidad de reconocerse unos a otros y volver juntos a la guerra?, ¿los que se comportaron como animales y solo velaban por y para si mismos?, ¿o los que fueron algo más y pelearon, vivieron y puede que incluso muriesen juntos?, ¿se reconocerían los que creyeron que el amor era lo único que merecía la pena en medio de tanto dolor y horror?. Pese al tiempo que transcurra esos lazos nunca se romperán. Pese a la distancia no habrá olvido y el sueño de volver al hogar y al refugio del amor que conocimos habitará en nuestros corazones día a día, pase lo que pase, hagamos lo que hagamos o nos hagan lo que nos hagan. De momento, gracias a Dios, en esta parte del mundo que es Europa no hay guerra, después de milenios regando la tierra con la sangre que salió de ella. Alimentando los inmensos campos de amapolas del recuerdo y el sueño. Ya no caen bombas ni los diablos fusilan sin piedad....., pero la Muerte, como parte de la vida sigue existiendo y como no sabemos cuánto es el tiempo que se nos ha concedido ni cuándo o cómo vamos a morir aprovechen cada instante y si han encontrado ese refugio que hace que todo sea distinto y el sacrificio algo que significa una nueva esperanza.....sean dignos y agradezcanlo porque como reconocen en una de las múltiples películas que tratan el tema del viaje en el tiempo, “TIME AFTER TIME”: “Todas las épocas son lo mismo, dolor, muerte, destrucción....., lo único que hace que merezca la pena es el Amor”. Siempre estamos en guerra, siempre existirá el Amor, lo que nos trae aquí y lo único que podemos llevarnos y que podría sobrevivir al olvido del fin. Y no hay nada más intenso que amar en tiempos de guerra, cuando cada instante puede ser el último y cada beso y abrazo pueden ser el de la despedida. Yo, de momento me conformo con poder entonar algún día cuando me llegue la hora final y hacerlo sin verguenza una poesía que aparece en el GUERRERO NUMERO 13, novela de Michael Crichton y peli de Antonio Banderas y que dice más o menos así: Y HE AQUÍ QUE VEO A MI PADRE, Y HE AQUÍ QUE VEO A MI MADRE, VEO A MIS HERMANOS Y HERMANAS, Y EN LA DISTANCIA ME LLAMAN, PARA QUE OCUPE MI LUGAR JUNTO A ELLOS, EN LAS ESTANCIAS DE VALHALLA, DONDE LOS VALIENTES VIVEN, PARA SIEMPRE. DORIAN GREY BLOGALAXIA TAGS: guerra crisis amor sexo energía energy conciencia concius peace progreso Etiquetas: amar guerra felicidad tristeza hipocresía aislamiento soñar odiar no |
Impresionante artículo. Muy profundo e interesante. Razón y espíritu combinados con maestría.
Enhorabuena.