sábado, 13 de marzo de 2010
UN SUEÑO ELFICO
UN SUEÑO ELFICO... Por Richard Trigaux March 2004 CopyrightDepot.com http://www.shedrupling.org/art/lotr/revelfic.php?lang=en&e=b&j=1&f=& Es la realidad verdaderamente como pensamos? Un día recibí este extraño texto por e-mail, con instrucciones de publicarlo en mis propias novelas de los Eolis, en mi sito de Internet. El autor no indicó su nombre, y su dirección de e-mail en free.fr aparecía como inválida cuando traté de contactar con él. Mi primera idea fue no publicarlo puesto que era realmente increible. Pero desde que leí el Silmarillon y cuando comprendemos la metafísica del mundo de El Señor de los Anillos el relato que sigue, adquiere una extraña resemblanza. Asi que os lo confío, ya que abre una puerta hacia un sublime sueño. ¿Y quién sabe hacia qué extraña y maravillosa realidad? Así que aquí está el relato de Faana Maiwë, como lo recibí en 2002. (Los nombres reales fueron ocultados o modificados en el texto original, por lo que no los conozco.) UN RÊVE ELFIQUE Nota: Cuando recibí el texto que sigue, estaba en francés. Yo he hecho la traducción. (Por lo que la traducción es de un texto francés al inglés y de éste al español ((de Dorian Grey))) "Ahora estas a salvo" me dijo el capitán Le Troadec, vestido en su perfecto traje mlitar. Acababa de recobrar la conciencia en una pequeña cabina pintada en gris de un barco de la Marine Nationale, que estaba moviendose ligeramente a pesar de la ira del oceáno. Si, estaba a salvo. Pero tan triste, ¡que hubiese preferido con mucho estar muerto! Todo esto vino desde un extraño encuentro que sucedió algunos meses antes. De chico he leido "El Señor de los Anillos", y debo decir que esta maravillosa novela nunca ha dejado de inspirarme y maravillarme. El mundo de Tolkien era realmente convincente, pero más curiosamente, familiar. Especialmente me sentía fuertemente atraido por el mundo de los elfos, un mundo de belleza y poesía, que despertaba en mi corazón una curiosa nostalgia, como de un paraiso perdido. Ya de chico, soñaba ser un Elfo de Lothlorien y yendo en uno de los barcos de Cirdan hacia las islas encantadas del Oeste. El tiempo pasado no alteró este sentimiento, mas bien al contrario, la adolescencia añadió la sensual calidez de una historia de amor a la cambiante nostalgia de la memoria de un niño. Ésto no evitó que viviese mi vida y comenzase los estudios de Informática en la facultad de Rennes, pero amenudo me perdía en mis sueños élficos. Dificilmente me sentía en sintonía con mis compañeros, fanáticos de video juegos sangrientos o de la horrible música de moda. En mi corazón me refería a ellos como "los Orcos". Con el estreno de la película "La Compañía del Anillo" esta extraña simpatía ganó un nuevo impulso. Leí de nuevo El Señor de los Anillos y Bilbo el Hobbit, y por primera vez estudié el largo apéndice histórico de la gran novela. Estaba fascinado, como descubriendo un mundo al mismo tiempo desconocido y curiosamente familar. Comprendiendo que había otros libros, busqué "Los Cuentos Perdidos" y "El Silmarilion" que tuve que encargar especialmente en una librería. Quizá por la esperanza de saber más, me sentí rápidamente frustrado de que no hubiese más literatura sobre este universo al mismo tiempo tan increiblemente grande, mágico y pese a ello tan realista.. Especialmente deseaba saber lo que seguía, desde la Cuarta Edad hasta nuestros dias, ya que la Tierra Media no era otra que nuestra Europa, no hace tanto. Visitaba amenudo la costa de mi amada Bretaña donde nací, como en Camaret, donde las rocas negras de Tas de Pois, brillan con la lluvia, desafiando los furiosos asaltos del oceáno. Un poco más allá, las piedras alzadas de Lagatjar parecen los remanentes de algún misterioso pasado. En un pliegue de rocas fuera de la vista de la ciudad de Men, el mundo del Silmarilion estaba de repente llegando a ser muy real, y su magia despertó. Así aparecieron los acantilados de Beleriand a los ojos de Tuor, en incluso el sonido de las balizas para la niebla resonaban como los Cuernos de Ulmo a sus oidos. Rocas, ensenadas y oceáno como unicos testigos, estaba sintiéndome como uno de los personajes de Tolkien, como Eärendil el Marino, o mejor, como un Elfo. Si. Está bien, un Elfo. ¿Por qué no?. De todos modos tengo algo élfico en mi aspecto: grande, esbelto, guapo y con poca barba. Amenudo chicas con la misma edad me miraban y el espejo me enviaba la imagen de una cara oval proporcionada, con rasgos finos y ojos de un bonito gris azulado. Hubiese disfrutado de haber llevado el pelo largo, pero esto seguramente hubiese atraido las burlas de mis compañeros de estudio. Estaba teniendo éxito en todos mis empeños, obtube la licenciatura con mención, y tuve buenas puntuaciones en la ciencia de los ordenadores. Las lecciones parecían fáciles y con frecuencia no necesitaba repaso. De todos modos, la programación de ordenadores me parecía un mundo frío y abstracto, y prefería con diferencia las actividades manuales. Así que me enganché en un club de poesía, pinté, y tiré con arco. Asombré a mis compañeros de club con la espontánea precisión de mis disparos, y cuando tensaba mi arco hacia el objetivo, solo necesitaba un poco de imaginación para sentirme como Légolas en su flet en el bosque de Lorien. Internet era el referente natural de esta moda Tolkien. Era un semillero de sitios chat. Visitando Internet con el PC que mis padres me ofrecieron para mis estudios, pronto me encontré siguiendo los largos hilos de discusión donde la gente se daba asimisma nombres élficos, o estaban anunciando que Sauron estaba regresando y que pondría un final a todo esto.... Desesperanzadoramente los mensajes raramente eran muy poéticos. Rápidamente sentí que esos juegos eran un tanto ridículos cuando abría el último mensaje de la 253ª (doscientos cincuenta y tresava) Galadriel, que no era capaz de conjugar un verbo de la primera persona del singular. No había en ello nada realmente épico, solamente el universo de fanáticos de los video juegos que se estaban arrojando a un nuevo tema, sin sospechar de su maravillosa profundidad. Estaba a punto de abandonar cunado me di cuenta de algunos mensajes más sustanciosos, todos firmados Tuima. Tuve que buscar este nombre el los diccionarios élficos online. Tuima, en el antiguo lenguaje élfico Quendi de Valinor, era "compañera". No podía ser un invento. Tuima hacía preguntas. Era como si estuviese poniendo a prueba nuestro conocimiento del lenguaje élfico. Cogí con interes el juego. Fascinado por el mundo de Tolkien, ya tenía algunos conocimientos del tema, y era incluso capaz de hacer algunas frases en el lenguaje élfico. Pero ella era siempre mejor que yo con su conocimiento. Es más, ella escribía mensajes largos y estructurados, sin errores de ortografía, y sin ensombrecer su texto con todos esos chismes abreviaturas "Estilo Internet", t, 2, km y caritas sonrientes J : ) Desde luego todo esto la ponía francamente por encima del usual montón de mensajes puestos en los chat. Algunas veces ella contestaba en Quenya a algunas personas que se tomaban demasiadas familaridades, y era el mejor medio de poner fin a cualquier discusión. Contestar era el único modo de saber más. Y respondiendo en su estilo. Así que firmé mis mensajes como Faana Maiwë, la "Gaviota Blanca". Mi lado Bretón de Armor, pleno de Mar y Libertad..... Fue suficiente como para que se diese cuenta. Y rápidamente, de un simple comentario de la película pasamos a discusiones más filosóficas y poéticas. Crear tal sintonía era precisamente lo que ella esperaba. Pero pronto tuvimos que cambiar a emails privados, más que alimentar con nuestros pensamientos a todos aquellos prosaicos espectadores "nosenada", que amenudo tenían intenciones turbias. Entonces Tuima me pidió conocerme. Ella vivía no muy lejos de mi, en la región de Morlaix, mientras que yo era de Quimper. Por fortuna mis padres tuvieron una buena opinión acerca de este encuentro con alguien capaz de expresarse pulcramente en un mensaje escrito. Como habían comprado un coche nuevo, me dieron el viejo para visitar a Tuima. Pero también me advirtieron de que los encuentros hechos através de Internet eran amenudo ¡muy decepcionantes!. Así, una mañana, me encontré pensando sobre todo ello mientras hacía el viaje através de mi amada Bretaña. CONTINUARA... Etiquetas: Camino Recto, Earendil, elfos, Faana Maiwe, Puertos Grises, Tolkien, Tuima, Valinor |